En el evocador paraje de Concejuelo de Galdames se alza una torre de defensa que hunde sus cimientos en una época en la que nobles hidalgos se disputaban el poder en las denominadas “Guerras Banderizas”, que por entonces asolaban el territorio de Bizkaia.
En este entorno es donde Miguel de la Vía inició su colección de coches clásicos y antiguos, que hoy se ha convertido en un singular museo, a medio camino entre la historia y el automovilismo de alta gama.